Cuando mi hermano y mi cuñada (¡un beso para los dos!) me regalaron un curso de tartas fondant no sabía casi ni lo que eran...
Mi primer contacto había sido una tarta de Dora la Exploradora que le regaló mi amiga Isa (¡un beso Isa!) para el tercer cumpleaños de mi hija Marta. Por fuera era preciosa, pero la verdad es que por dentro estaba un poquito seca... una pena porque desmerecía mucho la presentación exterior.
El caso (que me lío) es que tras el curso que realicé en Sweetiecakes me entró el gusanillo por la repostería creativa y no he podido parar.
Aquí está, mi primera tarta fondant...
Por cierto, si... dentro de los lazos hay papel de cocina, lo utilizamos para sostener el fondant hasta que endureciera y quedara con forma de lazo.
De ese curso salí con un montón de consejos, trucos, recetas, ideas y sobretodo ganas... ganas de ponerme el delantal como una loca y seguir haciendo tartas. Sólo miraba el calendario para contar los días que faltaban para la siguiente festividad y aprovechar la excusa.
Aviso para navegantes... cuidado que esto engancha. Jejeje...Y por si no me creéis seguid leyendo el blog y veréis... jejeje... ;-)
Y bien buenas que están DOY FE... y bonitas ya ni te cuento jejeje
ResponderEliminarAparentemente lo mejor es la presentación, expectacular, luego da pena partiría para comer la pero no queda mas remedio, están súper dulces sobre todo el recubrimiento, lastima que algunos no se lo coman.
ResponderEliminarUn consejo, yo lo que no me como me lo congelo en fiambreras, cortado en trozos y os aseguro que después se des congelan fácilmente y están deliciosas.
De esta manera evitamos la acumulación de azúcar para la diabetes, y nos lo tomamos cada día un poco..... besitos.....