jueves, 11 de octubre de 2012

¿Por dónde empezar?

Desde que empecé a pensar en crear un blog me hacía esta pregunta ¿y por dónde empiezo? ¿Una receta? ¿Dulce? ¿Salada? ¿Una manualidad? ¿Una actividad? ¿Un truquillo?... Había tantas cosas que quería contar en este blog que no sabía cual elegir primero.

Después de mucho pensar... pero mucho mucho... y viendo la lista de entradas que tenía pendientes para el blog incluso antes de empezar pensé... ¿y por qué no empezar por el principio? Qué tontería, eh? ¡Pues claro! Empezaré por el principio. Pero... ¿cuál es el principio? No podía retornar a mi infancia, ni a mi adolescencia, ni incluso a mi juventud... bueno más juventud que ahora, claro. ;-)

Revisé todas las fotos e ideas que quería colgar en el blog y la más antigua de todas fue una receta de habas rehogadas que preparé a las 7 de la mañana un 5 de marzo y que aproveché para hacerle un foto-reportaje a mi marido.

Así que aquí está mi primer post…

HABAS REHOGADAS

(incluye secreto para que no queden como piedras)



En todas las recetas intentaré listaros primero los ingredientes con los que he hecho la receta, aunque no me resisto a poneros todas las posibles variaciones o recomendaciones que se me ocurran al final del todo, así como trucos para que las recetas salgan ricas ricas…

INGREDIENTES

Para unas 4/6 personas necesitaremos:
  • una taza de café de aceite de oliva (un buen chorro)
  • 2 longanizas (si pongo más mis hijos se las comen y pasan del resto de la comida, sólo son para dar gustito…)
  • ajo en polvo al gusto (últimamente recurro mucho a él… le estoy cogiendo cariño)
  • 1 pastilla de caldo de pollo (pequeño truqui que sustituye a la sal)
  • 600 gr. de habas muy tiernas (pero muy muy tiernas… cuanto más “baby” sean más blanditas estarán y menos pedruscos comeremos)

UTENSILIOS

También intentaré listaros los utensilios y cacharros que necesitaréis, que muchas veces tiene más importancia de la que pensamos.

En mi caso, dado que después me toca fregar, intento gastar los menos utensilios posibles, pero siempre hay gustos. Hay a quien le gusta o se aclara mejor, si tiene todos los ingredientes preparados en cacharritos antes de empezar y no le importa tener que fregarlos todos después. Va un poco al gusto y a la prisa con la que cocines… yo mientras se calienta el aceite parto las longanizas y mientras se fríen, saco la pastilla de caldo de pollo de la nevera… voy un poco más sobre la marcha, sobretodo por las prisas que llevo siempre a la hora de cocinar (y más si las haces a las 7 de la mañana como hice estas habas, justo antes de irme a trabajar y mientras desayunaba y veía las noticias… jejeje… soy un poco multitarea…)

En este caso yo suelo utilizar:
  • una cazuela más bien pequeña, de unos 22cm de diámetro y con tapa
  • una cuchara de madera (soy adicta a las de palo largo)
  • unas tijeras de cocina

MANOS A LA OBRA

Lo primero de todo es poner la cazuela en el fuego encendido al MÁXIMO (y lo pongo en mayúsculas para destacar la importancia de que sea al máximo…) y después echar un buen chorro de aceite de oliva. Que sea virgen o no va a gustos, yo suelo utilizar para estas cosas el “intenso” que llaman ahora. En este caso eché aceite usado, le da más gusto a la receta (siempre que no sea muy fuerte, como el aceite de haber hecho morcillas!) por eso se ven esos pequeños puntitos negros.

Hay que poner bastante, en los ingredientes os he puesto una taza de café, pero a lo mejor es medio vaso de los de agua, es importante que esté cubierto todo el fondo de la cazuela. Un truco que hago yo es levantar un poco la cazuela y ver que haya “fondo” como veis en esquina superior derecha la imagen.



Mientras se calienta el aceite cortamos las longanizas CON LAS TIJERAS. Probadlo, quedan fenomenal, no se engancha la pielecilla con el cuchillo, ni se destroza la longaniza. Este truco está patrocinado por mi madre. Un beso para mi madre! ;-)



Y cuando el aceite está caliente y las longanizas cortadas… a freírlas a la cazuela!



Hay que dejarlas tostaditas al gusto, a fuego fuerte y cuando os parezca suficiente (en mi caso así de tostadas están bien) echamos las habas congeladas. Todas a la vez… hale..



Ahora echamos los ingredientes mágicos… la pastilla de caldo de pollo desmenuzada y el ajo en polvo al gusto y “tapamos” a medias la cazuela. Véase la foto siguiente.



Esto es importante, no debemos taparla del todo todavía o no conseguiremos nuestras habas tiernas tiernas.

Mantendremos el fuego al máximo (¿recordáis?) con la cazuela medio tapada hasta que (y aquí viene lo importante de la receta) las habas se hayan descongelado y haya caldito en el fondo de la cazuela. En mi caso suelen ser unos 5 minutos, para mi potencia de fuego y la cantidad que os he dicho.



Cuando esto haya pasado rebajaremos el fuego al mínimo. ¿Qué brusquedad, verdad? Pero es lo que hace que las habas quedan perfectas. Aquí está el quid de la receta. Es cuestión de cogerle el truquillo, porque si rebajamos el fuego muy pronto podemos obtener una bonita sopa de habas destrozadas y si lo rebajamos muy tarde uno bonitos pedruscos. De todas formas no os agobiéis, no hay que hacer un master… son sólo habas. ;-) En un par de intentos (o incluso a la primera) estará conseguido, sobretodo si las habas son lo más pequeñas posible; ayuda mucho en esta labor.

Pues eso, que me enrollo, rebajamos el fuego, TAPAMOS DEL TODO LA CAZUELA y lo dejamos un buen rato, por lo menos 20 minutos.

Como veréis las habas se irán poniendo cada vez más pochitas y blanditas…



Cuando veáis que empiezan a arrugarse estarán listas, sólo tendréis que coger 2 ó 3 y probarlas para verificar que están hechas.

VARIACIONES

Vamos a liar un poco más la cosa...
  • Si no queréis utilizar ajo en polvo podéis utilizar los ajetes tiernos de toda la vida e incluirlos en la cazuela cuando veáis que las longanizas están casi en su punto, porque no tardan nada en hacerse.
  • También podéis utilizar ajo seco (de la Pedroñera o no…) partido por la mitad, de la misma forma que el ajo tierno. No es la opción que más me gusta, pero mejor eso que no poner nada de ajo…
  • En lugar de longanizas, podéis utilizar costillas de cerdo, tiras de bacon, panceta, jamón, chorizo… Dependiendo de lo que cuesta hacer cada cosa, los tiempos de fritura se alargarán o acortarán.
  • Podéis no añadir nada de carne, porque no os apetece, porque no tenéis, porque no… y también salen muy buenas.
  • Si no añadís la pastilla de caldo de pollo tampoco pasa nada, pero probadlo y notaréis la diferencia. MUY IMPORTANTE, si no la añadís no olvidéis echar SAL, en el listado de ingredientes no está porque una cosa “sustituye” a la otra…


Y con esto creo que ya está todo lo que os podía decir sobre las habas… que ya es bastante. Sólo me resta darle las gracias a mi madre y a la madre de mi madre y la madre de la madre de mi madre… por hacerme llegar esta receta con la que las habas YA NO SE LE RESISTEN A NADIE…

3 comentarios:

  1. Hola, cari, me ha gustado mucho tu receta y sobretodo tus nuevas aportaciones. Si mi abuela Regina las viera le encantarían. ¿Cuándo me invitas a probarlas? Besitos.

    ResponderEliminar